Se nos murió la gran dama, Negra Sosa, pacha mama de corrientes, que bordó puntos y comas en las prisas del idioma de la gente.
Martina Fierro de ley que sin dios, patria ni rey tiró p`alante, antes de decir adiós me propuso un blues a dos voces distantes, distintas, y, sin embargo, cerquita del ron amargo que consuela, que abruma, que mortifica, que suma, que santifica, que desvela.
Cuando rompió la baraja, hizo del bombo su caja de Pandora, entre el mestizo y el yanqui se quedaba con Yupanqui hasta la aurora.
Todos menos uno, dijo, provocando el acertijo de Cosquín, militante del futuro, no pudo con ella el muro de Berlín.
Canto ancestral de Argentina, la más frutal de las minas, todo es nada, no sabe cómo la lloro, desafinando en el coro de las hadas.
Madrina de los roqueros más intrusos, más villeros, menos brutos; en calle melancolía mi letra y su melodía visten de luto.
Más de una vez la besé pero nunca olvidaré la noche aquella: aquel piano y su voz y mi sonata y la coz de las estrellas.
Me aterran las despedidas pero gracias a la vida de Violeta, Mercedes inventó el son que duerme en el corazón de los poetas.
3 comentarios:
Gran mujer.
"La negra" estaría feliz sabiendo la cantidad de gente que la quiere. Hay muchos homenajes en la blogosfera.
un abrazo
Gema que bonito homenaje guapa, me he quedado un buen rato disfrutando de esta gran mujer!
Que pena, se nos están marchando todos los grandes!!
Un besote enorme guapa
"Violetas para Mercedes"
Se nos murió la gran dama,
Negra Sosa, pacha mama
de corrientes,
que bordó puntos y comas
en las prisas del idioma
de la gente.
Martina Fierro de ley
que sin dios, patria ni rey
tiró p`alante,
antes de decir adiós
me propuso un blues a dos
voces distantes,
distintas, y, sin embargo,
cerquita del ron amargo
que consuela,
que abruma, que mortifica,
que suma, que santifica,
que desvela.
Cuando rompió la baraja,
hizo del bombo su caja
de Pandora,
entre el mestizo y el yanqui
se quedaba con Yupanqui
hasta la aurora.
Todos menos uno, dijo,
provocando el acertijo
de Cosquín,
militante del futuro,
no pudo con ella el muro
de Berlín.
Canto ancestral de Argentina,
la más frutal de las minas,
todo es nada,
no sabe cómo la lloro,
desafinando en el coro
de las hadas.
Madrina de los roqueros
más intrusos, más villeros,
menos brutos;
en calle melancolía
mi letra y su melodía
visten de luto.
Más de una vez la besé
pero nunca olvidaré
la noche aquella:
aquel piano y su voz
y mi sonata y la coz
de las estrellas.
Me aterran las despedidas
pero gracias a la vida
de Violeta,
Mercedes inventó el son
que duerme en el corazón
de los poetas.
La Chacarita,septiembre 2009
Joaquin Sabina
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