Una vez estuvo cerca del amor,
de las alas y el misterio,
de gustarse en el espejo.
Y esa vez no supo nada del dolor,
por las calles y los versos,
poco a poco, fue creyendo.
Y el mar, la lluvia y los balcones
oliendo a jazmín.
Y el libro de los besos y las flores
con todo y por tí, pero dudó.
Otra vez estuvo cerca del amor,
y las gentes y las caras
no existían ni contaban.
Y esa vez se hizo más fuerte y no dudó,
y las horas encantadas ni corrían ni pasaban.
Y el mar, la lluvia y los balcones
oliendo a jazmín.
Y el libro de los besos y las flores
con todo y por tí, pero dudó.
Pero lloró cuántas veces cerca, cerca del amor.
Casi lo tocó y lo acarició, y casi estuvo cerca
de abrazarlo y se escapó.
Una vez estuvo cerca del amor,
sí es que estuvo cerca del amor.
Luego fue que estuvo cerca del amor
y el futuro no pensado
se hizo enorme y hubo un árbol.
Y esa vez como un ángel no lloró,
y el amor tomó su mano.
Y fue un niño y fue un anciano.
Y el mar, la lluvia y los balcones
oliendo a jazmín.
Y el libro de los besos y las flores
con todo y por tí, pero temió.
Cuántas veces...
Pedro Guerra
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